Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

sábado, 7 de junio de 2025

E.A. OJOS DE LA RIFA. MAYO 2025. LOS CARRICEROS COMUNES VUELVEN A CASA.

Termina mayo en la Estación de Anillamiento de los Ojos de la Rifa (EAOR), en Caminreal, en el valle del Jiloca. En este mes dos han sido los protagonistas en este humedal. Una planta, el botón de oro y un pequeño pájaro, el carricero común

El primero, la herbosa y tierna ranunculácea, con su espléndida floración ha cubierto de amarillo los espacios abiertos en el cañizar eclipsando al resto de las plantas que siguen creciendo y que entrarán en escena las próximas semanas. 

El segundo, el discreto e inquieto acrocefálido, recién llegado desde sus cuarteles de invernada en el sur del Sahara, se apresta a delimitar su diminuto territorio y a consolidar su pareja lanzando para ello, desde la espesura del cañizar, su inagotable y áspero canto .

En lo meteorológico este mayo ha seguido parcialmente la tónica de los de otros años. La temperatura media del mes en la Estación Puente Romano de Calamocha ha sido de 14,5 ºC, similar a la media de la serie 1993-2025 (14,4 ºC). Y, como suele ocurrir otros mayos, nos ha dejado con una helada extemporánea de -2 ºC que ha tenido severos efectos en los agroecosistemas. 

Esta helada coincidió con una jornada de anillamiento. La rosada cubrió de diminutos cristales los hilos de las redes durante las primeras horas de aquel amanecer ...

 ... como si estuviéramos en cualquier madrugada de finales de enero. Este es uno de los rasgos del clima del Alto Jiloca.

Las precipitaciones, en cambio, se han alejado de las medias propias de mayo en la zona. Los 37,0 mm recogidos por Antonio en Caminreal (y los 38,4 mm en Puente Romano Calamocha) están muy por debajo de las medias anuales (56,2 mm). Y es que mayo ... ya no es lo que era, el mes que aseguraba las cosechas de cereal de secano.

La bomba de la Comunidad de Regantes ha seguido trabajando a buen ritmo. El agua volvió a correr por las acequias hasta aquellas parcelas con terrenos menos frescos y asegurar así las cosechas de cereal de invierno

El nivel freático, por tanto, siguió bajando y los prados perdieron la lámina de agua que tenían a finales de abril. Tan solo quedaron algunos charcos en las zonas más bajas.


Sin embargo, el suelo turboso de los prados sigue empapado y las plantas continúan su rápido desarrollo vegetativo ...


Las jornadas de anillamiento (06/07 y 20/21) coincidieron con días de escaso viento y de cielos despejados.

 
En aquellos prados que ardieron a finales de marzo el cañicillo (Phragmites australis) crece con vigor y su verdor cubre los restos de las chamuscadas cañas  ...


En aquellos cañizares no quemados el rebrote ya está en marcha pero el pardo de las cañas viejas siguen dominando en el paisaje.

Cebadas ...


triticales ...


y trigos están terminando de encañar y ya están en plena floración. Millones de granos de polen de estas gramíneas son movidos por el aire. No se ven pero se notan.

Los alfaces ...


y los raigrases ...


... reciben su primer corte. Quedan a la vista fácilmente los pequeños insectos que viven en estos prados artificiales. Y las lavandera boyeras lo saben.

Estos días de mayo ya han germinado los granos de panizo y las planticas asoman. La helada no les ha gustado nada de nada.


El día sigue ganando horas de luz. Ya no hace falta montar las redes antes de comer. La tarde alarga pero el calor aún no apura a esas horas.


Las tardes son suaves pero tan pronto se recoge el sol vuelve el frío. La furgoneta de Rodrigo y Eva es un buen refugio para anillar los pájaros de la última vuelta.


Mayo nos ha traído buenos resultados. Se han capturado 84 aves de 16 especies. De ellos, 28 ejemplares de 13 especies lo fueron en las jornadas de los días 6 y 7 de mayo mientras que 56 ejemplares (el doble) -pero solo de 11 especies- fueron capturados en las jornadas de los días 20 y 21 de mayo. Estos resultados han sido algo inferiores a los que se dieron en mayo de 2024 cuando se capturaron 103 ejemplares de 18 especies.

Estas cifras generales ocultan algunas observaciones muy interesantes. Veamos.

La especie hegemónica, como decíamos, ha sido el carricero común (Acrocephalus scirpaceus). En la primera quincena se produjo la llegada de los primeros migrantes, capturándose 5 ejemplares. En la segunda quincena tuvo lugar el grueso de la arribada y se cogieron 27 ejemplares. En suma, 32 capturas, el 38,1% del total de todas las especies. Esta cifra coincide con la obtenida en mayo de 2024.


Algunos de los carriceros comunes presentes en los prados de la Rifa en este mes son ejemplares en paso. El resto son pájaros que permanecerán en la zona la temporada de cría. Desconocemos la proporción de unos y de otros. 

Sí que hemos podido observar que una fracción importante (el 29,6%) de los carriceros comunes capturados en estos días eran aves anilladas en la EAOR el año pasado, lo que demuestra una notable fidelidad a este pequeño humedal por su función de área de descanso en la migración o de lugar de nidificación. Estos 8 carriceros comunes recapturados en estos días suponen el 6,5% de los ejemplares anillados en 2024. No sabemos si esta cifra es alta o baja. Pero ahí queda.

En este periodo la segunda especie en cuanto a número de capturas (9) ha sido la boyerica (Motacilla flava) repartidas casi por igual entre ambas jornadas. Esta cifra es menos de la mitad de la obtenida en mayo de 2024 (19). Del total de ejemplares capturados estos días, un tercio eran controles propios de aves anilladas en 2024. 

Dos tercios de las boyericas capturadas fueron machos

El gorrión moruno (Passer hispaniolensis) ...


... ha sido la tercera especie en cuanto a número de capturas (8), siendo en su gran mayoría hembras. Todas fueron aves a las que se les instaló anilla, no hubo ningún control. Esta cifra es igualmente muy superior a la ofreció el mayo de 2024 (1).

Los escribanos trigueros (Emberiza calandra) fueron la cuarta especie con 6 capturas: Como en el caso anterior, todas corresponden a aves a las que se les puso anilla. Esta cifra es también mucho mayor a la que se obtuvo en mayo de 2024 (1). 

 

El carricero tordal (Acrocepalus arundinaceus) ha proporcionado 4 capturas, de las que una era a un pájaro marcado en la EAOR en 2024.

Salvo un par de papamoscas cerrojillos (Muscicapa striata), ejemplares tardanos en su migración prenupcial, todas las demás especies de aves capturadas en mayo nidifican en la zona.  

Destacan el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) (4), el ruiseñor de acequia (Cettia cetti) (5), el gurriato de reclija (Passer montanus) (3), el buitrón (Cisticola juncidis) (2), el zarcero políglota (Hippolais polyglotta) (2), la tarabilla común (Saxicola rubicula) (1), el chicha y pan (Parus major) (1).

Cerramos el listado con tres fringílidos. El rojiñón o pajarel (Linaria cannabina) (1), que nos trajo el primer jovenzano de la temporada. Le acompañó la cardelina (Carduelis carduelis) (2) y finalizamos con el verderol (Chloris chloris) (3) ....

... que supone una especie nueva, la número 56 de la EAOR.

La primavera ya va delantera. A ver qué nos trae en su remate de junio. 


jueves, 29 de mayo de 2025

AVIFAUNA EN CULTIVOS DE CHOPOS EUROAMERICANOS Y EN PRADOS CON CHOPOS CABECEROS EN EL VALLE DEL RÍO PANCRUDO

 Introducción 

La presencia de agua en el suelo permite que los bosques de ribera sean uno de los ecosistemas más productivos a nivel mundial. Esto se traduce en unas comunidades biológicas complejas, con una biodiversidad y unas densidades en las poblaciones muy superiores a las de otros ambientes de su entorno. Su naturaleza lineal permite que funcionen como corredores biológicos, complementando y enriqueciendo a los ecosistemas que atraviesan, lo que es especialmente relevante en territorios con climas secos, como la Iberia mediterránea.

Es por ello que la avifauna de los sotos fluviales destaca por los elevados valores de riqueza, diversidad biológica y densidad, en relación con la de los ecosistemas próximos cuya productividad depende directamente del régimen de precipitaciones. Su importancia se manifiesta todavía más en aquellas zonas en las que los bosques se han transformado en espacios agrícolas .

La proximidad del agua y la fertilidad de las llanuras de inundación favorecieron históricamente la transformación de las selvas fluviales en tierras de cultivo. Los sotos se redujeron a estrechas bandas paralelas a los ríos, generalmente de estructura simplificada y de menor diversidad biológica. Los avances tecnológicos del siglo XX aplicados a la intensificación agrícola facilitaron la canalización de los cauces, el drenaje de los prados húmedos y la roturación de los reductos de bosque ribereño para la implantación de cultivos forestales intensivos, en muchos casos de chopos híbridos.

Vega del Jiloca en el término municipal de Calamocha

Las aves forestales desempeñan funciones esenciales en los ecosistemas, como la regulación de las cadenas tróficas o la dispersión de semillas, entre otras. Además, responden con rapidez a los cambios en el hábitat por lo que son un indicador útil para evaluar el estado de la diversidad biológica y de conservación de los bosques. 

En la segunda mitad del siglo XX se ha producido en Europa la expansión de la populicultura. Terrenos agrícolas, prados húmedos y bosques de ribera se han dedicado al cultivo de chopos de variedades híbridas (Populus x euroamericana) de alto rendimiento.

Cultivo de chopos híbridos euroamericanos en el valle del Pancrudo

El cultivo del álamo o chopo negro (Populus nigra) y su manejo como árbol trasmocho, conocido como chopo cabecero, ha sido desde hace varios siglos una solución encontrada en algunos territorios de montaña afectados por la deforestación para compatibilizar el aprovechamiento de los pastos en las riberas y la producción de madera de obra y leña. La corta a turnos de unos 15 años de la totalidad de las ramas a una altura del tronco que resultara inaccesible al ganado, aseguraba la viabilidad del rebrote y garantizaba la producción de nuevos fustes. Los agricultores plantaban líneas de chopos en la confrontación de sus campos con el río y los concejos hacían lo propio en terrenos comunales susceptibles de inundarse durante las avenidas, aprovechando estos espacios para el pastoreo. En la península Ibérica, este sistema agrosilvoganadero se extendió en zonas montañosas, con especial éxito en la cordillera Ibérica. 

Dehesa fluvial de chopos cabeceros en Navarrete del Río

La reiteración de la escamonda estimula la renovación del ramaje, mientras que los troncos siguen engrosándose y, con el tiempo, presentan rasgos seniles, como el desarrollo de huecos y la acumulación de madera muerta. Las arboledas de chopos cabeceros presentan una fisonomía similar a la de prados arbolados, con un estrato herbáceo aprovechado como pasto y un estrato arbóreo formado por árboles añosos. Estos agroecosistemas tradicionales comienzan a ser estudiados por su capacidad para ofrecer hábitat para la vida silvestre y, en particular, también para las aves.

Los chopos cabeceros y los chopos híbridos son pues dos modalidades de cultivo forestal. Ambos ocupan las llanuras de inundación de numerosos ríos ibéricos, en ocasiones, en las mismas vegas. Uno y otro, sin embargo, siguen sistemas de gestión muy diferentes lo que se traduce tanto en la estructura como en la composición de la vegetación lo que puede influir en la comunidad de aves.

Objetivos

Un estudio se propuso conocer las comunidades de aves de las praderas arboladas con chopos cabeceros y de los cultivos intensivos de chopos euroamericanos, así como establecer una comparación entre ambos agroecosistemas.

Área de Estudio

Ha sido realizado en el paraje de La Vega, un tramo de la ribera del río Pancrudo situado entre las localidades de Navarrete del Río y Cutanda, en el término municipal de Calamocha. 

En la llanura de inundación predominan los cultivos de herbáceas (cebada, trigo, alfalfa y girasol) y de chopos canadienses, todos ellos en pequeñas parcelas. Aquellos sectores con peor drenaje fueron dedicados a unos pastos arbolados de estructura adehesada con un estrato herbáceo espontáneo compuesto por junqueras (Scirpus holoschoenus) y otras plantas higrófilas y un estrato arbóreo formado por sauces y chopos trasmochos. En las orillas del río, sobre todo en las tablas, crecen helófitos como la anea (Typha angustifolia), platanaria (Sparganium erectum) y, sobre todo, carrizo (Phragmites australis), que tiende a invadir las parcelas agrícolas tan pronto dejan de laborearse.

Vega de Cutanda

Métodos

Para caracterizar las comunidades orníticas de los cultivos de chopos híbridos y de las dehesas de sauces y chopos trasmochos se seleccionaron, para cada caso, tres parcelas de una superficie similar (media de 0,9 ha) situadas en la zona de estudio.

En verdeamarillento, prados arbolados de chopos cabeceros y sauces trasmochos. 
En verdeazulado, cultivos de chopos híbridos euroamericanos.

El método de censo utilizado ha sido el de la estación de escucha que aporta datos relativos de la composición cuantitativa de ornitocenosis. Consiste en situarse en un punto del ambiente a estudiar desde el que se hace una estima del número de aves vistas u oídas durante un tiempo determinado. 

En el estudio el tiempo de muestreo en cada estación se ha establecido en cinco minutos. Se ha realizado el seguimiento de un ciclo anual completo. Al ser las parcelas de pequeña extensión, para reducir la perturbación en la actividad de las aves, el observador se situó en el margen de cada una, orientando la observación y la escucha hacia su interior. Se ha limitado la distancia de muestreo a 50 m alrededor del observador por lo que el área prospectada en cada estación es un semicírculo de 0,39 ha. Por último, los registros se han restringido a aquellas aves cuya actividad estaba vinculada a la vegetación arbórea del interior de la parcela ignorando a aquellas que la sobrevolaban.

Los datos fueron tomados en jornadas de campo de periodicidad quincenal, entre junio de 2009 y mayo de 2010. Todas ellas se tomaron durante el día por lo que los datos obtenidos corresponden a especies de hábitos diurnos. Estas suelen mostrarse más activas en las primeras horas del día y, en menor medida, al atardecer. Por ello, la mayor parte de los muestreos (70,8%) fueron matinales, casi siempre al amanecer, realizándose el resto (29,2%) en horario vespertino. Estos dos tipos de muestreos se distribuyeron en todas las estaciones.

En suma, en el estudio se realizaron 144 estaciones de escucha, 72 en cultivos de chopos híbridos y 72 en dehesas de chopos y sauces trasmochos. Para cada uno de estos dos ambientes se han agrupado los registros de los tres puntos de escucha de cada jornada en una unidad de censo de quince minutos. De esta forma, han resultado 24 unidades de censo para cada ambiente.

 Dehesa de chopos cabeceros y sauces trasmochos en la zona de estudio

Para estudiar las dos ornitocenosis se han empleado los parámetros siguientes:

  • Abundancia total de la comunidad, es la suma de las aves observadas.
  • Abundancia relativa, es la representación de una especie en el conjunto de la comunidad (Preston, 1948).
  •  Diversidad específica, según el índice de Shannon (Margalef, 1979):                                                                     H´ = -∑(pi ln pi )                                                                             donde pi es la proporción de contactos de la especie i en el total de cada medio.
  • Índice de dominancia: porcentaje de las dos especies más abundantes (Mc Naughton, 1968).
  • Riqueza total: número total de especies registradas en el conjunto del estudio.
  • Riqueza media: número medio de especies registradas por unidad de censo.
  • Densidad media: número total de registros de aves en la superficie sometida a observación referida a 10 hectáreas. 

Cultivo intensivo de chopos euroamericanos en la zona de estudio

Resultados y discusión

En la siguiente tabla se muestran los resultados de las observaciones de aves realizadas durante un ciclo anual en prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos y en los cultivos intensivos de chopos híbridos.

 Especie

Abundancia total en dehesas de 

chopos y sauces trasmochos

Abundancia total en cultivos 

intensivos de chopos híbridos

Clamator glandarius

2

0

Cuculus canorus

1

2

Columba palumbus

8

0

Pernis apivorus

1

0

Accipiter nisus

0

1

Milvus milvus

1

0

Buteo buteo

2

1

Jynx torquilla

3

1

Dendrocopos major

16

11

Picus sharpei

1

2

Falco subbuteo

0

5

Oriolus oriolus

2

1

Corvus corone

0

2

Cyanistes caeruleus

14

7

Parus major

17

8

Aegithalos caudatus

20

3

Phylloscopus bonelli

3

0

Phylloscopus trochilus

3

0

Phylloscopus collybita

9

0

Acrocephalus scirpaceus

0

1

Hippolais polyglotta

3

3

Sylvia atricapilla

4

2

Troglodytes troglodytes

18

2

Certhia brachydactyla

19

2

Sturnus unicolor

2

5

Turdus philomelos

0

1

Turdus viscivorus

3

1

Turdus merula

3

11

Turdus iliacus

1

0

Turdus pilaris

0

39

Turdus torquatus

0

1

Muscicapa striata

1

0

Erithacus rubecula

0

2

Luscinia megarhynchos

2

1

Ficedula hypoleuca

3

0

Petronia petronia

3

0

Passer montanus

11

2

Motacilla flava

1

0

Anthus trivialis

3

1

Fringilla coelebs

62

56

Chloris chloris

0

1

Linaria cannabina

84

1

Carduelis carduelis

7

5

Serinus serinus

40

3

Emberiza calandra

0

328

Emberiza cirlus

1

2

Total individuos/todas jornadas

374

514

Total especies/todas jornadas

36

34

En conjunto, la riqueza total es de 46 especies. Algo más de la mitad (53,2%) se presentaron  en ambos ambientes mientras que el resto (46,8%) solo lo hizo en uno de ellos. Del total de especies registradas, el 76,1% fueron paseriformes mientras que el 23,9% son no paseriformes.

Parámetros comunitarios

En la siguiente tabla se exponen los valores obtenidos para los diversos índices que permiten caracterizar la comunidad de aves de ambos ambientes.

 

Prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos

Cultivos intensivos de chopos híbridos

Abundancia total de la comunidad

374

514

Nº medio aves/unidad de censo

15,58

21,42

Densidad media aves/10 has

130,92

179,97

Riqueza total

36

34

Riqueza media

5,70

3,70

Diversidad específica (H')

2,74

1,58

Índice de dominancia (ID)

0,39

0,75

La abundancia total referida a aves observadas es netamente superior en los cultivos intensivos de chopos híbridos que en las dehesas de chopos y sauces trasmochos. Derivados del parámetro anterior son los valores de número medio de aves por unidad de censo y la densidad media de aves por unidad de superficie, igualmente mayores en el segundo ambiente que en el primero. Ahora bien, hay que tener en cuenta la enorme contribución del escribano triguero que selecciona específicamente los cultivos de chopos híbridos y de que un solo suceso (un bando de 180 ejemplares de esta especie) aportó el 35,0% del efectivo anual en este ambiente.

La riqueza total es ligeramente mayor en las dehesas de chopos y sauces trasmochos que en los cultivos intensivos de chopos híbridos euroamericanos para el periodo completo de estudio. Las observaciones realizadas durante un ciclo anual para buena parte de las especies fueron esporádicas o arrojaron un número de ejemplares muy bajo. Si de la riqueza total de cada ambiente se resta el número de especies para las que solamente se han observado uno o dos ejemplares, se obtiene que, para dicho periodo de tiempo, la riqueza parcial en las dehesas de chopos cabeceros es de 24 especies mientras que la de los cultivos intensivos de chopo euroamericanos es de 13. En la misma línea apunta el número medio de especies observadas en cada unidad de muestreo. Para este parámetro se aprecia que la riqueza media es notablemente mayor en el primer caso (5,70) que en el segundo (3,70).

El índice de dominancia señala la enorme importancia de la población del escribano triguero en la ornitocenosis de los cultivos de chopos euroamericanos, muy superior a la que la que tiene el pardillo común, la especie más numerosa, en las dehesas de chopos y sauces trasmochos. Destaca el uso que hacen de los árboles estas dos especies como posadero temporal durante el periodo invernal. Un uso ajeno a la actividad reproductora o de búsqueda de alimento. Sorprende igualmente la estricta y excluyente preferencia del escribano triguero por los chopos canadienses y del pardillo común por los chopos y sauces trasmochos.

El índice de Shannon señala que la diversidad específica de los prados con chopos y sauces trasmochos (2,74) se considera normal (dentro del rango entre 2 y 3) mientras que la de los cultivos intensivos de chopos híbridos (1,58) es baja (entre 1 y 2). Ello es consecuencia de la mayor heterogeneidad de la primera ornitocenosis por tener una mayor riqueza total y, sobre todo, por la mayor abundancia relativa.

Las dehesas de chopos cabeceros y sauces trasmochos tienen una estructura compleja. Presentan un estrato herbáceo, denso y alto, formado por hierbas vivaces que cubren completamente el suelo, que es controlado por los rebaños de ovejas. Entre las hierbas crecen algunas matas de escaso desarrollo que forman un estrato arbustivo muy laxo. El estrato arbóreo está formado por unos árboles añosos distribuidos irregularmente que han sido tradicionalmente manejados mediante un desmoche periódico. Estos árboles tienen un tronco grueso y corto que termina en una cabeza sobre la que se insertan numerosas ramas de similar grosor y longitud, que son periódicamente cortadas. En el tronco y, sobre todo, en la cabeza abundan los huecos y la madera muerta en descomposición de la que se alimentan las larvas de numerosas especies de coleópteros.

Los cultivos intensivos de chopos euroamericanos tienen una estructura con ciertas similitudes pero notables diferencias con las citadas dehesas de salicáceas trasmochas. En general, es mucho más simplificada. El estrato herbáceo es más laxo y alberga especies anuales y vivaces y está sometido al laboreo periódico y a un sombreado intenso. El estrato arbustivo es inexistente. El estrato arbóreo está formado por árboles que fueron plantados simultáneamente y en un marco regular y denso, que presentan troncos delgados durante sus primeros años y robustos al final de su ciclo, a los que se les han eliminado las ramas inferiores. Los troncos carecen de huecos y de madera muerta. Las ramas superiores pueden alcanzar los veinte metros.

La mayor complejidad estructural de las dehesas de chopos y sauces trasmochos se refleja, por consiguiente, en su mayor diversidad específica.

Composición específica

El escribano triguero (Emberiza calandra) supone, por sí solo, el 63,8% de las aves registradas en los cultivos de chopos híbridos. Este emberícido tiene su hábitat en cultivos herbáceos y pastizales sobre terrenos de suaves relieves. Durante el otoño e invierno forma bandos que se alimentan en campos y yermos, reuniéndose al caer la tarde en arboledas (predormideros), antes de refugiarse en los carrizales y herbazales densos en los que duermen. Las parcelas dedicadas a la populicultura intensiva son seleccionados por esta especie y juegan una importante función como posaderos durante el periodo invernal, ignorando los prados con chopos y sauces trasmochos, aunque carecen de interés para su alimentación y la nidificación.

Escribano triguero

Un papel equivalente, en menor medida, es el que desempeñan las dehesas de chopos y sauces trasmochos para el pardillo común (Linnaria cannabina) donde alcanza la máxima abundancia relativa (22,4%). Este fringílido cría en gran variedad de ambientes arbustivos con estructura abierta o con árboles dispersos, que dispongan de un estrato herbáceo con plantas ruderales o nitrófilas. Tras la reproducción se reúne en bandos que recorren los campos y emplean arboledas y matorrales para descansar o dormir. En este periodo se produce la llegada de bandos procedentes del norte y centro de Europa que se suman a las poblaciones ibéricas.  En la zona de estudio el pardillo común selecciona los prados arbolados frente a los cultivos intensivos de chopos euroamericanos y concentra su presencia en el periodo postnupcial y en la invernada.

Pardillo común o pajarel 

En cambio, el pinzón vulgar (Fringilla coelebs) es una especie muy representativa de los dos ambientes, donde se ofrecen similares abundancias absolutas y relativas, algo mayores en los prados con chopos y sauces trasmochos (16,6%) que en los cultivos de chopos híbridos (10,7%). El uso del hábitat cambia estacionalmente en la península Ibérica, pasando de ser una especie forestal durante la época de nidificación a mostrar un comportamiento más generalista durante la invernada, consecuencia de su notable plasticidad ecológica. En este periodo, en el que las poblaciones locales aumentan por la llegada de migrantes norteños, el pinzón vulgar ocupa, además, bosques abiertos, mosaicos agrícolas y cultivos de secano donde se alimenta fundamentalmente en rastrojos de cereal y girasol, como ocurre en el valle del Pancrudo.  

Macho de pinzón vulgar o nevatero

En cambio, el serín verdecillo (Serinus serinus) selecciona los prados con chopos cabeceros donde presenta una abundancia relativa notable (10,7%), sobre todo durante el periodo reproductor. Esta especie es propia de una amplia gama de medios arbolados pero prefiere los bosques abiertos, los márgenes de los bosques, los huertos y los prados arbolados donde encuentra su alimento en plantas ruderales y arvenses. Sin embargo, en la zona estudiada ignora las parcelas dedicadas a la populicultura, donde presenta una abundancia relativa mínima (0,6%).

Serín verdecillo 

El zorzal real (Turdus pilaris) es un túrdido estrictamente invernante en la península Ibérica. A finales de otoño irrumpen bandos de zorzales reales procedentes de Escandinavia y se reparten en su mitad norte realizando movimientos nomádicos. Se concentran de forma especial en los sabinares y enebrales de la cordillera Ibérica, donde se alimentan de los gálbulos de estas cupresáceas. En el valle del Pancrudo nutridos bandos de zorzales reales encuentran su comida en los sabinares albares y negrales, así como en los enebrales comunes y de la miera. El carácter secante de los gálbulos obliga a las aves a beber agua acercándose entonces a las arboledas próximas al río. En las choperas de canadienses alcanzó una notable abundancia relativa (7,6%) mientras que no estuvo presente en los prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos.

Zorzal real sobre sabina albar

Otros túrdidos están presentes en la zona de estudio pero su contribución en las ornitocenosis es menor. Entre ellos se encuentra el mirlo común (Turdus merula), una especie propia de diversos tipos ambientes forestales que presenta una abundancia, tanto  absoluta como relativa, superior en los cultivos de chopos híbridos (2,1%) que en las dehesas de chopos cabeceros (0,8%), a pesar de la ausencia de estrato arbustivo en los primeros.

Pico picapinos o carpintero negro

Entre los pájaros carpinteros destaca el pico picapinos (Dendrocopos major). Es una especie forestal generalista capaz de utilizar en la península Ibérica, tanto los bosques planifolios eurosiberianos como los pinares mediterráneos, siempre que disponga de árboles maduros donde nidificar y alimentarse (Sánchez, 1998). Utiliza también los bosques de ribera e incluso los cultivos de chopos, cuya expansión en las últimas décadas le ha favorecido. En la zona de estudio es algo más común en las dehesas con chopos cabeceros y sauces trasmochos (4,3%) que en los cultivos de chopos canadienses (2,1%). Este pícido se utiliza como indicador  de la presencia de numerosos troncos muertos lo que explica los resultados obtenidos en el estudio.  

El mito común (Aegithalos caudatus) y chochín paleártico (Troglodytes troglodytes) son dos especies propias de ambientes forestales variados siempre que dispongan de  un sotobosque desarrollado. El primero de ellos es mucho más abundante en los prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos (5,3%) que en los cultivos intensivos de chopos híbridos (0,6%). La segunda especie, más exigentes en entornos frescos, repite el mismo patrón (abundancias relativas de 4,8% y 0,4%, respectivamente).

El agateador europeo (Certhia brachydactyla) es una especie estrictamente insectívora que busca su alimento en la cortezas gruesas y muy expuestas del tronco y de las ramas gruesas de los árboles en una amplia variedad de bosques. Nidifica en grietas del tronco, bajo trozos de corteza parcialmente desprendida o en huecos de los árboles. Por ello prefiere los prados arbolados con chopos cabeceros y sauces trasmochos (5,1%), donde concurren todos estos requerimientos, a los cultivos intensivos de chopos euroamericanos (0,4%).

El herrerillo común (Cyanistes caeruleus) es un párido forestal que selecciona bosques y otros ambientes forestales de especies caducifolias. Su alimentación se basa en pequeños insectos que encuentra sobre árboles y arbustos, pero también consume frutos y semillas. Necesita huecos para construir su nido por lo que necesita árboles añosos. En la zona de estudio prefiere los prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos (3,8%) que los cultivos intensivos de chopo euroamericano (1,4%). Similares abundancias relativas (4,5% y 1,4%, respectivamente) muestra el carbonero común (Parus major), otro párido insectívoro igualmente necesitado de huecos para nidificar.

Gorrión molinero o gurriato de chopo 

La costumbre de anidar en huecos del gorrión molinero (Passer montanus) y del gorrión chillón (Petronia petronia), sean de construcciones humanas, de taludes terrosos o de árboles, hace que ambas prefieran los prados con árboles trasmochos (abundancias relativas de 2,9% y de 0,8%, respectivamente) que los cultivos de chopos canadienses (0,5 y 0%).  Sin embargo, de forma sorprendente, el estornino negro (Sturnus unicolor), a pesar de compartir esta preferencia por los árboles con huecos y grietas para nidificar, no se observa en la zona de estudio pues selecciona los cultivos intensivos de chopo híbrido (1%) sobre las dehesas de sauces y chopos cabeceros (0,5%).

La paloma torcaz (Columba palumbus) es un ave forestal adaptada a los ambientes agrícolas que ocupa todo tipo de bosques incluidos los bosques de ribera y los prados arbolados. En la zona de estudio prefiere las dehesas de chopo cabecero y de sauce trasmocho (2,1%), donde se observa en la temporada de cría y el periodo postnupcial. Sin embargo, no hace uso alguno de los cultivos intensivos de chopos híbridos. 

Paloma torcaz o turcazo

El mosquitero común (Phylloscopus collybita) y el mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) son dos especies de sílvidos presentes en la zona de estudio durante los pasos migratorios mientras que el mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) lo está durante el periodo reproductor. Las observaciones de todos ellas han sido escasas y  corresponden en su totalidad a las dehesas de chopos cabeceros y sauces trasmochos (4,0%, en conjunto para las tres especies).

Los prados arbolados son un ambiente adecuado para tres especies de aves insectívoras observadas en la zona durante el estudio. El papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) solo está presente durante los pasos migratorios momento en el que suele observarse posado sobre las ramas bajas de vegetación leñosa que utiliza como perchas. El papamoscas gris (Muscicapa striata) es una especie estival en la vega del Pancrudo que tiene una discreta población que nidifica en  los huecos de árboles. Y, por último, el bisbita arbóreo (Anthus trivialis) que tiene una igualmente pequeña población nidificante en pastizales y matorrales con árboles dispersos en el entorno del área de estudio. Las abundancias relativas de estas tres especies en las dehesas con árboles trasmochos han sido, respectivamente, de 0,8%, 0,3% y 0,8%, mientras que las correspondientes de los cultivos de chopos híbridos fueron 0%, 0% y 0,2%. Se aprecia cierta preferencia por el primer tipo de ambiente.

Cinco especies de aves rapaces han sido observadas empleando el arbolado de los dos agroecosistemas estudiados. Se trata del abejero europeo (Pernis apivorus), milano real (Milvus milvus), gavilán común (Accipiter nisus), busardo ratonero (Buteo buteo) y alcotán europeo (Falco subbuteo). Salvo para esta última especie, el número de registros ha sido escaso y sigue de nuevo un patrón con una ligera preferencia por las dehesas de chopos cabeceros y sauces trasmochos. Sin embargo, destaca el número de observaciones de alcotán europeo en los cultivos de chopo canadiense lo que se asocia a la nidificación de esta rapaz en uno de estos árboles. Este falcónido en Aragón está ligado a cultivos salpicados de bosquetes, entre ellos los sotos fluviales y las choperas de repoblación, de paisajes llanos y abiertos y altitudes bajas y medias. En los últimos años del ciclo del cultivo de los chopos canadienses los árboles tienen ya dimensiones adecuadas para que sobre ellos nidifiquen los córvidos, cuyas estructuras una vez abandonadas pueden ser reutilizadas por el alcotán europeo.

En relación a ello, sorprenden las escasas observaciones obtenidas de corneja negra (Corvus corone) y la ausencia de urraca común (Pica pica), cuervo grande (Corvus corax) y grajilla occidental (Corvus monedula), córvidos habituales en el valle del Pancrudo.

Igualmente extraña resulta la escasez o ausencia de registros de algunos sílvidos forestales, como es el caso de la curruca capirotada (Curruca atricapilla) o la curruca mosquitera (Curruca borin), y de pequeños túrdidos de bosque, como el petirrojo europeo (Erithacus rubecula) y el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos). Estas especies, presentes habitualmente en el valle del Pancrudo, precisan de la existencia de un estrato arbustivo bien desarrollado, algo que no se da en los cultivos de chopos híbridos pero que parcialmente sí se da en los prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos.

Conclusiones

  • ·    Los prados con chopos y sauces trasmochos y los cultivos intensivos de chopos euroamericanos son agroecosistemas diferentes entre sí pero que presentan  rasgos comunes, entre ellos la capacidad de albergar parte de las ornitocenosis características de los bosques ribereños.
  • ·         La abundancia total de aves es mayor en los cultivos intensivos de chopos híbridos que en las dehesas de chopos cabeceros y sauces trasmochos. En ambos casos, la abundancia total viene determinada por la contribución de muy pocas especies, escribano triguero y zorzal real en el primer caso, pardillo común en el segundo, que únicamente utilizan el arbolado como posadero.
  • ·         La densidad media de aves observadas es mayor, consiguientemente, en los cultivos de chopos híbridos que los prados con chopos cabeceros y sauces trasmochos.
  • ·         El índice de dominancia de los cultivos de chopos euroamericanos es muy alto y casi el doble que el de los prados arbolados con chopos y sauces trasmochos.
  •          La riqueza total de aves es ligeramente mayor en las dehesas con árboles trasmochos que en los cultivos intensivos de chopos. Si de la riqueza total se excluyen las especies para las que se han observado solamente uno o dos ejemplares, la diferencia entre ambas a favor del primer ambiente es muy superior. 
  •          El número de especies observadas por unidad de muestreo es notablemente mayor en los prados arbolados con chopos y sauces trasmochos que en los cultivos de chopos euroamericanos.
  •          El valor de la diversidad específica (índice de Shannon) de las dehesas con chopos y sauces trasmochos se encuentra dentro del rango de lo normal mientras que el de los cultivos intensivos de chopos euroamericanos se considera baja.
  •        El pinzón vulgar utiliza ambos agroecosistemas por igual, tanto en el periodo reproductor y postnupcial como durante la invernada siendo una de las especies especies más representativas.
  •        La estructura de la vegetación de los cultivos intensivos de chopos euroamericanos perjudica a especies como el serín verdecillo, mito común, chochín paleártico, agateador europeo y gorrión molinero que prácticamente no los emplean. Sin embargo, estas aves encuentran un hábitat favorable en las dehesas con chopos y sauces trasmochos.
  •         El pico picapinos y el herrerillo común utilizan ambos ambientes si bien prefieren los prados con árboles trasmochos.
  •        El alcotán europeo prefiere las cultivos de chopos canadienses para nidificar.  Los chopos cabeceros y los sauces trasmochos suelen ser árboles añosos por lo que ofrecen hábitat favorable para las aves propias de los bosques maduros.
  •        Las dehesas arboladas de estos árboles trasmochos presentan una mayor complejidad estructural que los cultivos de chopos híbridos euroamericanos lo que se traduce en la riqueza y en la diversidad específica de las aves.
  •        La aprovechamiento ganadero y forestal de los prados arbolados con chopos y sauces trasmochos es una prioridad para la conservación de este singular agroecosistema y de la comunidad de aves que alberga.

Chabier de Jaime Lorén (texto, figuras y fotos)

Rodrigo Pérez Grijalvo, Carlos Pérez Naval y Pablo Moya (fotos)

La información que recoge este artículo ha sido obtenida del publicado con el mismo título en el número 52 de Xiloca. Revista del Centro de Estudios del Jiloca. En unas semanas va a ser presentado en el 9º Congreso Forestal Español que se celebrará en el próximo mes de junio en Gijón (Asturias).